martes, octubre 28, 2008

Lluvia de otoño

Llueve muchísimo, los ladrillos de los edificios están empapados, y tengo que bajar a Otto, recien bañadito del sábado, a ver si escampa un poco. Hoy tengo spinning, y creo que los miércoles voy a empezar a ir a Pilates, si no me gusta con dejarlo...
El sábado mi abuelita me contó que la chica que cuidaba a una de las viejecitas de la plaza había muerto hacía dos días, y que las cenizas las habían mandado a su país. A mí la cuidadora siempre me había parecido más enferma que la cuidada, siempre tenía cara triste, y es que había algo que se la comía por dentro.

1 comentario:

Azul, camino de NuncaJamás. dijo...

La lluvia suspendida en los neones araña mis pulmones...